Los cuerpos exuberantes de las latinas nos enloquecen de una manera que no es normal. Nos llevan arriba al cielo y allí nos quedamos, imaginando noches enteras con este par de tetas, con este coño peludo y caliente que nos espera con sus líquidos maternos como la madre espera a su hija, una polla dura y feliz que baila dentro de cada coño.
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